Reportaje

Emanuelle Ginóbili

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El bahiense consiguió la clasificación para el mundial de Indianápolis 2002 con el Seleccionado. Además, ganó la triple corona en Italia con el Kinder Bologna –donde vuelve el 23 de septiembre– y fue elegido como el mejor basquetbolista del Viejo Mundo.

--Además de clasificar con el seleccionado para el Mundial de 2002, ganaste la Euroliga, la Copa de Italia y la Liga italiana de básquet. ¿Te queda algo por ganar en el Viejo Mundo?

—Continuar ganando. Es una frase hecha, pero nunca mejor aplicada: siempre es más difícil mantenerse que llegar.

—¿Qué sentiste al salir en la tapa de La Gazzetta dello Sport y ser elegido como el mejor jugador de la Euroliga de básquet?

—Fue muy emocionante, porque el reconocimiento partió de un grupo europeo de especialistas.

—¿Cómo surgió la posibilidad de ir a jugar a Italia?

—Había sacado el pasaporte... Aunque el nivel de la Liga Nacional era muy bueno, económicamente no lo era tanto. Les pedí a mis agentes que me consiguieran un club y empecé a jugar en el Reggio Calabria. Hoy en Italia se cobra cinco veces lo que se percibe en la Argentina. (Nota de redacción: Kinder le paga 1.150.000 dólares por temporada.)

—¿Qué diferencias hay entre la Liga Nacional y la italiana?

—La intensidad y el nivel: juegan los mejores basquetbolistas del mundo, exceptuando a los de la NBA.

—¿Cuál fue el momento más difícil que te tocó vivir en Europa?

—No me ha tocado vivir momentos difíciles. Quizá cuando perdimos partidos que en los papeles no tendríamos que haber perdido. Pero por suerte, en tres años que llevo jugando en Italia, logré cumplir todos los objetivos que me he propuesto.

—¿En algún momento te hicieron sentir extranjero?

—No. Tengo mi grupo de amigos italianos y nunca me discriminaron por ser argentino.

—¿Por qué y por quién empezaste a jugar al básquet?

—Mi papá era el presidente de un club de básquet (Bahiense del Norte) que quedaba a media cuadra de mi casa y mis hermanos Leandro (hoy es escolta de Lanús) y Sebastián (base de Quilmes de Mar del Plata) siempre jugaron al básquet. Estaba como predestinado. Nací con la pelota en la mano.

—¿A qué atribuís que a tantos basquetbolistas argentinos les vaya tan bien en el exterior?

—Hay talento y muy buena materia prima. Somos buenas personas y nos adaptamos fácil al medio europeo. A nivel de federados, la Argentina es uno de los países que más jugadores tiene. Además, el nivel de la Liga Nacional no tiene nada que envidiarle al básquet que se juega en el Viejo Mundo, salvo al yugoslavo.

—¿Qué le falta a la Argentina para dar el salto de calidad que todavía le falta?

—Todavía falta. Tampoco vamos a pretender ser un equipo top de la noche a la mañana. Si mantenemos un buen nivel durante varios años podríamos llegar a ser catalogados como un equipo importante, pero por ahora hay que ir tranquilos y conseguir algún buen resultado. Creo que la Selección está armando un buen equipo, como para dar un salto de calidad.

—Pepe Sánchez y Rubén Wolkowyski ya llegaron a la NBA. ¿Cuánto falta para que Ginóbili forme parte de alguno de sus equipos?

—Sé que estoy cerca y que se puede llegar a dar, pero todavía no me imagino en la NBA, así como tampoco me veía jugando en un equipo tan importante como el Kinder. No lo descarto, pero en caso de no lograrlo no me frustraría ni me sentiría un fracasado. Ahora, tengo que mantener mi nivel en Europa. El título de la Euroliga (después de la NBA es la más competitiva) tiene mucha repercusión y es una gran vidriera que siempre miran los estadounidenses.

—¿Te acordás de tu primer doble?

—Del básquet infantil no tengo tanta memoria. Lo que sí recuerdo es el primer triple que le hice a Peñarol en la Liga.

—¿Qué es lo qué más se extraña?

—Mi familia, el club, mi casa. Los asados con mis amigos, ir al cine con mi novia o sacar a dar una vuelta al perro. Estando lejos, hasta lo más insignificante se extraña.

—¿Qué tiene Bologna que le falta a Bahía Blanca?

—El nivel de vida. En Bologna, la clase media tiene dos autos, dos motos y se toma vacaciones tres veces al año. La ciudad, en cambio, se parece mucho a lo que era Bahía Blanca diez años atrás.


ÜFicha

Altura 1, 98 m
Peso 91 kg
Edad 24 años.
Lugar y fecha de nacimiento Bahía Blanca. 28/7/’77.
Apodo En la Argentina:
“Manu”. En Italia, “Gino".
Puesto Escolta.
Debut en la Liga 29/9/’95.
Su carrera en la Argentina Andino (1995/’96) y en
Estudiantes de Bahía Blanca (1996/98). Fue elegido
revelación argentina en 1996 y jugador de mayor progreso en 1997.
Su carrera en la Selección
Entre el ’96 y el ’97 jugó el Sudamericano, el Panamericano y el Mundial Sub 22 de Australia en el ’97. Con los mayores fue de la partida en los Juegos de la Buena Voluntad y en el Mundial de Grecia en el ’98. Hoy es titular indiscutible.
Su carrera en el exterior  En el 98 comenzó a jugar en el Reggio Calabria. En el 2001, ya con Kinder Bologna y en poco más de un mes, ganó la liga italiana, la Copa de Italia y la Euroliga. Así el Kinder cerró la mejor temporada de su historia.

Una comida:
¡Asado!

Un lugar:
Bahía Blanca
Una película: Milagros Inesperados

Imprimir | la reproducción de las notas solo se hace a modo ilustrativo. Los derechos de la mismas pertenecen a la revista Nueva | Publicado el domingo 09 - 09 - 2001